Después de las lágrimas de Italia llegaron este martes las de Irlanda, que también afrontaba en casa lo que empezó con ilusión y acabó en pesadilla. Dinamarca se repuso de un gol que llegó muy pronto y contestó con cinco, tres de los cuales llevaron la firma del hombre del partido, de la clasificación y del Mundial: Christian Eriksen.
Y es que el partido empezó con dos errores en las porterías, el primero en el minuto 6. Schmeichel falló y permitió que anotara Duffy, desatando una alegría local que se cortó cerca de la media hora de juego. Desde el tanto se inclinó el campo hacia la meta de Randolph, y fue el defensor Christie quien acabó tocando un disparo flojo de Christensen. Empate a uno.
Apenas duró un suspiro la igualada, lo que tardó en despertarse un Eriksen algo desaparecido hasta entonces. En el 32 coronó una contra con un tiro colocado a la escuadra, y por si el 1-2 al descanso no fuera suficiente, acabó su recital en la segunda mitad. Con la zurda definió el segundo en su cuenta y con otro trallazo de diestra limpió las telarañas, apuntándose un hat-trick y un billete para para Rusia que lleva su nombre. Bendtner redondeó la remontada, pero para entonces ya había fiesta en Dinamarca, una fiesta de Mundial.
Objetivo azulgrana
Quien debería tomar buena nota de la enésima exhibición de Christian Eriksen es el FC Barcelona, que tiene al danés entre los objetivos para reforzar su centro del campo. Aunque los catalanes parecen decidios a echar el resto por Philippe Coutinho, no han dejado de lado a un futbolista de 'escuela Ajax' que lleva mucho tiempo en la órbita culé y que a sus 25 años se ha convertido en una estrella en el Tottenham y en su selección. Por si fuera poco aval, ha reconocido en alguna ocasión que le gustaría vestir de azulgrana.