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Antoine Griezmann, celebrando un gol junto a Leo Messi

TRAS UN PARADÓN DE OBLAK

Griezmann tiró de oportunismo y marcó al Atlético, pero no lo celebró

Publicación:9/01/2020 - 21:40h

Actualización:9/01/2020 - 22:06h

Antoine Griezmann confirmó la falsa remontada del FC Barcelona contra el Atlético de Madrid, al anotar el segundo gol azulgrana justo después de que Oblak firmase una gran parada

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Segunda parte de infarto en el King Abdullah, en la que se anularon dos goles de forma muy discutible al FC Barcelona, y un penalti clarísimo a favor del Atlético de Madrid. Pese a todo, Antoine Griezmann confirmó la falsa remontada del Barça al anotar una diana en el minuto 62. Jan Oblak había protagonizado un auténtico paradón a un remate de cabeza de Luis Suárez, pero Griezmann tiró de oportunismo para rematar de cabeza al fondo de las mallas.

El FC Barcelona había reaccionado al gol inicial de Koke Resurrección, merced a una brillante diana de Leo Messi y a este segundo tanto de Griezmann, que llegó gracias a la insistencia previa de Luis Suárez. Como es natural, el jugador francés no celebró el gol ante su ex equipo y se limitó a abrazarse levemente con sus compañeros, antes de que el balón se pusiera en juego de nuevo.

El Barça llegó a tener alguna otra ocasión clara, y marcó de hecho un tercer gol que fue anulado por un milimétrico fuera de juego previo de Arturo Vidal, quien había dado un pase de la muerte a Gerard Piqué. Al final, los culés bajaron los brazos y no pudieron con el torbellino físico del Atlético de Madrid, tal y como reconoció el propio Griezmann después del partido.

El galo confirmó que el Barça no atraviesa su mejor momento a nivel físico, y que los 'colchoneros' estuvieron mejor y ganaron el partido de manera justa, aprovechándose de los errores de los culés. Una reflexión que seguramente compartirá la mayoría del barcelonismo, teniendo en cuenta que los de Ernesto Valverde hicieron el ridículo en los últimos minutos.

Otro ridículo más para el FC Barcelona

Se salvaron de un penalti claro de Gerard Piqué que el árbitro decidió no señalar, dejaron solo a Neto ante el peligro y el brasileño, aunque lo intentó, confirmó que no es Ter Stegen. Cometió penalti en una acción y, en otra, recibió un gol de Correa tras desviar un balón que acabó colándose en la portería y significó el 2-3 definitivo en el marcador del King Abdullah.

Parecía que no volveríamos a ver un desastre como los de Roma y Anfield, pero este Barça sigue confirmando que no tiene fondo. Si bien es cierto que esta derrota no está al nivel de los desastres mencionados, sí es una prueba más de que el conjunto culé tiene muchísimas carencias. Sobre todo, a nivel psicológico y de confianza. Aunque la estrategia, la táctica y el estado físico de los jugadores también está bajo sospecha...